Un chico nuevo en clase
Un nuevo semestre, nuevas materias, lo que llego a mi cabeza
ese día al despertar. Es cierto que no quería estar ahí, pero mis nuevas
amistades hacían de ese lugar un espacio soportable; después de la separación con
mis amigos de la secundaria, la preparatoria se volvió un espacio donde solo cumplía
con ir y entregar los trabajos.
Justamente ese día, llegue al salón con el afán de saber los
demás, que hicieron esos tan merecidos quince días de vacaciones, no era mucho
tiempo, pero contaba cada uno de los detalles de su tiempo, después de todo
eran mis nuevos amigos. Eran los mismos de siempre, o bueno los que quedaban, después
que muchos fueran expulsados por sobrepasar el número de materias reprobadas,
ya saben cosas sin importancia. Pero a pesar de eso mi grupo, mi pequeño grupo seguía
intacto, no es que fuéramos los más aplicados del salón, pero nos preocupábamos
con seguir ahí.
Jonathan había viajado con su madre y su padrastro a alguna
playa cercana; Arturo estuvo en el rancho de sus abuelos y el resto de su
familia, y Brenda, bueno ella al igual que yo, se la paso encerrada en su casa
sin salir más que por a comprar víveres. En sí no era una buena plática pero
eran nuestras pláticas, de temas sin sentido, pero al fin nos mantenían entretenidos
todo el tiempo.
Y fue en ese momento en el que entro al salón por primera
vez, un chico de piel blanca, cabello
rubio y semi- ondulado, con ojos de color azul, mirada indiferente y actitud
pedante. Tomó una banca y se quedó ahí, en silencio, como si esperara que el
tiempo pasara demasiado rápido, pues se notaba que no deseaba estar ahí, pero
aun así su presencia se notó.
-se ve que un mocoso mamón- dijo Brenda
-no seas culera we- respondió Arturo- al igual y es chido-
-pues no se ustedes, pero yo voy a ir a hablar con el- dijo
Jonathan antes de dejarnos para hablar con él.
Yo solo permanecí en silencio, tratando de ser pertinente en
lo que debía de pensar, digo, después de todo, no se debe juzgar a las personas
por su apariencia, ¿o no?
-hola- dijo Jonathan- soy Jonathan, ¿Cómo te llamas viejo?
El chico lo observo detenidamente antes de contestar, como
si examinara si es que era una persona digna de merecer sus palabras.
-hola- dijo con cierto tono de desinterés- soy Alex
Esas tres palabras fueron lo único que dijo, la única información
que proporciono al resto de los oyentes de aquel lugar, o bueno, solo hasta que
llego el primer profesor y le pidió que se presentara ante los demás.
Esa fue la primera vez que tuve contacto con él, sin
sentimientos, sin sensaciones extrañas, solo un individuo más en el salón de
clases, una banca más ocupada en el salón de clases.
---J.M---